martes, 15 de mayo de 2018

Vida propia

Estar embarazada es más raro de lo que pensaba. Por momentos me siento indefensa. Por momentos me siento superpoderosa. Por momentos no sé qué pensar. Hasta que una patadita vuelve real lo que me está pasando. Hay algo nuevo que ya existe y que me recuerda que no se va. Acá está. Ya llegó a ocupar un espacio entre nosotros. Y lloro. No sé por qué pero ahora mismo lloro. Es que es aterrador y fascinante a la vez. Ya no estoy sola. Hay alguien más acá, mientras escribo esto. Soy su primera casa, y quiero serlo para siempre. Quisiera ser el lugar al que vuelve cuando se sienta triste o desolada o simplemente feliz. Quiero que sepa que acá estoy, así como ella me dice ahora que está, que existe, que la realidad se movió, se corrió de su eje pero hacia un lugar mejor. Distinto pero maravilloso. Y ningún cambio tan radical viene sin algunos terremotos. Surge de mí la lava, se mueven mis placas tectónicas, retumba el piso a mis pies. Ya soy otra. Estoy cambiando para bien.



Ph: Griselda Duch

Bárbara Duhau
Nació en Buenos Aires en 1989. Es Licenciada en Comunicación (UBA), Diplomada en Comunicación, Género y Derechos Humanos (CPI-OEA), especialista en innovación estratégica y escritora. Publicó Criaturas insensibles (Galmort, 2009) y Forasteras (La Parte Maldita, 2013). Actualmente dirige el estudio de innovación y creatividad Supernova. Este relato forma parte de Vida propia, un diario en edición sobre su experiencia de convertirse en madre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario