Venus trabaja los sábados por la mañana
en la feria de Montserrat
entre cajones de madera,
historietas y limones.
Tiene las manos curtidas
los ojos de quien sigue las
estrellas
sin hablar, sin mover un
músculo de la cara
y entiende todo.
Una esfinge del altiplano
las caderas rotundas
los pechos propios del
cerro
la boca bordada de dientes
y oro.
Me sonríe y me pregunta si
algo más
mientras me sostengo la
cabeza
porque temo que ruede sobre
las ciruelas
o que estalle como una
tormenta
sobre las manzanas
y ella suelta la sonrisa
como una baranda de acero
y hoy no hay sol,
hoy llueve de adentro para
afuera
hoy que necesito saber si
volveré a amar
y no lo sé
ella se mueve con la
suavidad de las Venus
me mira con sus ojos de
tierra mojada por la misma lluvia
que a mí me deja sin ojos.
Le digo que no, que ya
está,
pero olvido que necesito
algo más
le pido perdón porque ya
hacía la cuenta
y le digo que por favor, la verdurita para la sopa
si, medio kilo nomás
tome linda me dice
y entonces ahora si, muchas
gracias
le digo
pero ella no sabe que lo
que agradezco
es esa sonrisa de niña
Venus
que la deja sin edad a ella
y a su pelo lacio y atadito
en la nuca
y me dan ganas de volver al
norte
a pesar de los recuerdos
y cuando estoy pagando
ella corre detrás de los
cajones
y vuelve con un ramito de
perejil y un morrón rojo.
Yo recibo el calor
de su mano con todo ese
verde
que en medio de mi desierto
se erige
como una plantación
mágica y un arroyo
como el pasaje a la isla de
las Venus andinas.
Nancy Lilian Maure
18/03/1969
Nació en la Ciudad de Buenos Aires, unos meses antes de
que Los Beatles se subieran a dar su último concierto en la terraza de Abbey
Road y, sin embargo los sigue escuchando.
Es Psicóloga Social , pinta ,dibuja y diseña algunos
objetos. Es buena maquillando y pésima intentando hacer algo simétrico. Ama a
sus hijas, nietxs y amigxs. Y a las palabras.
Escribe para no olvidarse de que hay otro lado de las
cosas que no debe perderse.